Dónde ir
Austria
Qué hacer en Viena
Viena se encuentra en el corazón de Europa y presume de un glorioso pasado imperial y de un grandioso centro urbano, declarado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Es una ciudad regia de elegancia y prestigio desvanecido, con un impresionante peso cultural y muchas joyas arquitectónicas. El Palacio de Schönbrunn y el Belvedere son solo dos de los ejemplos más conocidos de la opulencia barroca, pero la Secesión vienesa también ha dejado su huella en la ciudad, con un sabor art nouveau evidente en muchos distritos. Y la cultura no se limita al arte y a la arquitectura: Viena está igualmente asociada a la música. Strauss y Schubert nacieron aquí, y Mozart y Beethoven vivieron varios años. Además, la refinada tradición de las cafeterías y su peculiar gastronomía son la guinda del pastel vienés.Las seis mejores cosas que hacer en Viena1. Admira el Palacio de Schönbrunn y sus jardinesUna obra maestra del barroco, un símbolo de Viena y un palacio cargado de historia, el ineludible Schloss Schönbrunn fue la residencia de verano de los emperadores Habsburgo. Este lujoso palacio data de 1740 y cuenta con nada menos que 1441 habitaciones. De ellas, se pueden ver unas 40. Entre las más impresionantes se encuentran el Salón de los Espejos, donde Mozart dio un concierto con solo seis años, los aposentos del emperador Francisco José y el salón rococó de la emperatriz Sisí, un flamante espacio floral donde recibía a sus invitados.También merece la pena visitar los jardines del palacio. Pasea por los formales jardines franceses y observa su inmaculada simetría y sus intrincadas plantaciones. Además, en este inmenso parque destacan la Gloriette, justo en lo alto del jardín, la fuente de Neptuno y las falsas ruinas romanas. Si te sobra tiempo, ve al Tiergarten Schönbrunn, el zoológico más antiguo del mundo.2. Descubre el MuseumsQuartier, el barrio artísticoPara los amantes del arte que acuden en masa a Viena, el MuseumsQuartier debería encabezar su lista. El centro neurálgico del panorama cultural de la ciudad se encuentra en las antiguas caballerizas imperiales e incluye unos 60 museos e instituciones. El Museo Leopold, dedicado al arte moderno austriaco, alberga la mayor colección de obras de Egon Schiele. En la vecina Kunsthalle Wien, verás variadas exposiciones de arte contemporáneo y moderno, mientras que el Museo Austriaco de Arquitectura muestra lo mejor de la arquitectura de los siglos XX y XXI.3. Observa más arte en el Palacio BelvedereOtra de las maravillas de Viena es el Palacio Belvedere, un complejo palaciego del siglo XVIII construido con un florido estilo barroco. El Belvedere consta en realidad de dos palacios, el Bajo Belvedere y el Alto Belvedere, conectados por un ornamentado jardín. En la actualidad, ambos palacios albergan museos que exponen una importante colección de arte austriaco. En el Bajo Belvedere, que fue residencia de Eugenio de Saboya, encontrarás arte de varios siglos y una colección de piezas medievales en las caballerizas del palacio. Pero el Alto Belvedere es el que se lleva la palma, con obras de renombre de Van Gogh, Schiele y Klimt, entre otros. No te pierdas El beso de Gustav Klimt, una de las obras de arte más destacadas de Viena.4. Relájate y diviértete en el PraterEl mayor parque público de Viena es también el más emocionante. Situado en el centro de la ciudad, es un parque con un toque especial: un animado parque de atracciones que ocupa la esquina del parque más cercana a la ciudad. Cuenta con 250 atracciones, que tientan a lugareños y turistas a unirse a la diversión. La entrada a la zona de ocio es gratuita, pero se paga por cada atracción, por lo que podrás pasear y observar el ambiente, aunque no seas un fanático de la velocidad y la altura. Hay tiovivos, montañas rusas, atracciones de agua y mucho más. Sin embargo, la atracción más famosa es la Wiener Riesenrad, conocida por ser escenario de la película El tercer hombre. Sube a esta histórica noria para disfrutar de unas fantásticas vistas de la ciudad y de una de las experiencias más emblemáticas de Viena.Si necesitas descansar después de tanta adrenalina, dirígete a la parte más tranquila del parque, Der Grüne Prater, que se extiende 5 km al sureste del parque de atracciones. Aquí podrás pasear entre los árboles o sentarte en la hierba para hacer un pícnic. Imagina cómo era el pasado austriaco en el antiguo pabellón de caza de los Habsburgo, ahora convertido en el restaurante Lusthaus, y disfruta de su comida.5. Pasea por la Innere StadtUna de las mejores cosas que hacer en Viena es simplemente caminar por el centro histórico de la ciudad. Todo el distrito es tan importante que está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Y es que no te dejará indiferente. Debido a su céntrica ubicación, es posible que pases varias veces por la catedral de San Esteban. Este monumento gótico cuenta con altares muy decorados, varias capillas laterales y el campanario más alto del país, de 136 metros de altura. También merece la pena visitar el imponente Rathaus (ayuntamiento), con vistas a su fascinante parque, y el Palacio de Hofburg, antigua residencia principal de los Habsburgo y actual sede del presidente de Austria. No olvides recorrer Graben, una de las calles peatonales más relevantes de Viena, y llega hasta la Ópera Estatal de Viena. No solo es un espléndido ejemplo de la arquitectura neorrenacentista, sino que también acoge actuaciones de música, danza y ópera todas las noches.6. Disfruta del ambiente de las cafeterías vienesasLos cafés y las cafeterías son parte de la vida cotidiana de Viena y el lugar perfecto para descansar después de tanta cultura. El Kaffeehaus más famoso es el Café Central. Puede que tengas que hacer cola durante un rato para poder sentarte, pero la preciosa decoración y su lujosa repostería no te defraudarán. ¿Quién no querría comerse un strudel de manzana donde Freud solía tomarse el café? Otra delicia vienesa que tienes que probar es la rica y afrutada tarta Sacher. Esta tarta de chocolate con mermelada de albaricoque es un clásico de la hora del café y se puede encontrar por toda la ciudad, pero las porciones más célebres son las del Hotel Sacher y las de Demel.