La Sainte-Chapelle (o Santa Capilla en español) y la Conciergerie son dos de los edificios más antiguos que se conservan del palacio real de la dinastía Capeto, en la Isla de la Cité, y están considerados como dos de los máximos exponentes del período arquitectónico gótico radiante.

La Santa Capilla de París, consagrada el 26 de abril de 1248, fue un encargo del rey Luis IX de Francia, quien ordenó su construcción para albergar su exquisita colección de reliquias cristianas, entre las que destaca la corona de espinas de Cristo, comprada por San Luis de Francia. El santuario está compuesto por dos capillas, la superior y la inferior. La capilla superior estaba reservada al rey y la familia real y allí se depositaron las reliquias, mientras que la inferior estaba destinada a los trabajadores del palacio real. Hoy en día la capilla es célebre por la belleza de sus vidrieras, que datan del siglo XIII. En las de la capilla superior hay representadas más de 1000 escenas bíblicas y ver cómo entra la luz a través de esta obra maestra es una experiencia irrepetible.

Por su parte, la Conciergerie, que en sus inicios formaba parte del palacio real, fue convertida en prisión estatal en el año 1370, después de que Carlos V abandonara el palacio. La prisión se convirtió en la principal penitenciaría de París durante la Revolución Francesa, donde cientos de prisioneros fueron encarcelados antes de ser condenados a la guillotina. María Antonieta fue la presa más célebre del lugar. Hoy en día es posible visitar las diferentes celdas de la prisión, incluyendo la de María Antonieta, que ha sido reconvertida en capilla.

Tanto si quieres admirar las increíbles vidrieras como si prefieres unirte a una visita guiada por las celdas de la antigua prisión, la Conciergerie y Saint-Chapelle son dos monumentos históricos nacionales que no puedes perderte durante tu estancia en París.