El Monasterio de San Lorenzo de El Escorial es uno de los monumentos más importantes de España. Ubicado en la sierra de Guadarrama, en el municipio de San Lorenzo de El Escorial, se encuentra a unos 50 km de Madrid.

El complejo, encargado por el rey Felipe II, fue concebido como un edificio multifuncional. Por eso, además de albergar un monasterio (inicialmente de la Orden de San Jerónimo y actualmente de la Orden de San Agustín), también cuenta con un palacio real, una basílica, un panteón y una biblioteca. Su construcción comenzó en el siglo XVI (entre 1563 y 1584) a cargo del arquitecto Juan Bautista de Toledo, aunque posteriormente se unieron al proyecto otros arquitectos, como Juan de Herrera, Juan de Minjares, Giovanni Battista Castello El Bergamasco y Francisco de Mora.

El Escorial, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984, ocupa una superficie de más de 33 000 metros cuadrados, y cuenta con numerosos lugares de interés. La basílica es una joya del Renacimiento español, y alberga el impresionante Crucifijo de mármol de Carrara realizado por Benvenuto Cellini. Allí también se pueden ver los cenotafios reales de Carlos V y Felipe II, con las estatuas de bronce dorado de Pompeo Leoni. Lo más llamativo de la biblioteca es, sin duda, la bóveda de cañón del techo con frescos de Pellegrino Tibaldi, que representan las siete artes liberales (Gramática, Retórica, Dialéctica, Aritmética, Música, Geometría y Astrología), la Filosofía y la Teología.

Una de las prioridades de Felipe II cuando encargó el proyecto era crear un panteón dinástico, y así lo hizo. Todos los reyes de España desde Carlos V (a excepción de Felipe V y Fernando VI) están enterrados en el Panteón de Reyes. En el recinto también hay un Panteón de Infantes, encargado por Isabel II.

Durante tu visita, acércate a la Sala de las Batallas, decorada con frescos que relatan las hazañas bélicas españolas, o al Palacio de los Borbones, para admirar los tapices de la Real Fábrica de Santa Bárbara. Tampoco puedes perderte las Salas Capitulares del monasterio, decoradas con frescos de temática religiosa y con pinturas del siglo XVI y XVII, como La túnica de José de Velázquez.

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