Explora el pintoresco Palacio da Pena, considerando uno de los 10 lugares de cuento de hadas en el mundo. Situado en un pico de la Sierra de Sintra, en un día claro, el Palacio da Pena se puede ver desde Lisboa, pero merece la pena acercarse a Sintra para descubrir toda su grandeza. Disfruta de un día inolvidable mientras paseas por sus inmensos jardines y descubre la historia de este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Considerado una de las siete maravillas de Portugal por el Ministerio de Cultura, el palacio es uno de los máximos exponentes del estilo romántico del siglo XIX en el país. Los colores brillantes del palacio están ligados a su historia arquitectónica, caracterizada por la mezcla de torres, fachadas y elementos arquitectónicos de varios edificios. La parte roja data del siglo XV y es la más antigua. Los arcos y cúpulas amarillas tienen influencia morisca y las estructuras azules, de estilo manuelino, se añadieron más tarde.

En 1493, cuando el territorio fue ocupado por primera vez por el Rey Juan II, el terreno fue donado a la Orden de San Jerónimo. Los monjes utilizaron el edificio como lugar de meditación hasta el gran terremoto de Lisboa de 1755. Después de años en ruinas, Fernando II adquirió el monasterio y los terrenos colindantes para crear una gran finca. El arquitecto portugués Possidónio da Silva se encargó del proyecto de reconstrucción empleando estilos muy diversos, como el morisco, el gótico y el renacentista, entre otros.

Para llegar al Palacio da Pena, primero hay que cruzar la entrada del parque. Desde allí, es posible llegar caminando a través de los exuberantes jardines o realizar un corto trayecto en tren por 2 euros (ida y vuelta). Visita el interior del palacio para admirar las salas y habitaciones decoradas con magníficos frescos y muebles de época y ¡no te pierdas la terraza de la reina! Desafortunadamente, no está permitido realizar fotos en el interior, pero para conseguir las mejores vistas del palacio puedes subir hasta el mirador de Cruz Alta.