Situado en el corazón de Barcelona, el Palau de la Música Catalana es una atracción a la cual no debes renunciar si estás de vacaciones en la Ciudad Condal. Obra del arquitecto barcelonés Lluís Domènech i Montaner, es uno de los ejemplos más importantes del modernismo catalán y, aunque parezca imposible, se construyó en tan solo tres años (entre 1905 y 1908).

El Palau de la Música Catalana, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997, sigue siendo en la actualidad un importante auditorio donde se celebran numerosos conciertos de géneros musicales muy variados. Además, es la sede central del Orfeó Català, un coro de formato sinfónico que fue fundado en 1891 por Lluís Millet y Amadeo Vives.

El Palau comprende tres salas. La Sala de Ensayo del Orfeó Català es una sala de tamaño reducido en la que ensaya el coro y dónde se celebran pequeños conciertos. Aquí se encuentra también la primera piedra colocada cuando se comenzó a construir el edificio. La Sala Lluís Millet es una sala de descanso con vitrales de motivos florales que son una auténtica obra de arte. A través de ellos se puede ver la icónica terraza con columnas de mosaicos. Por último, en la Sala de Conciertos destaca la gran claraboya central, que se ha convertido en uno de los símbolos del Palau de la Música.

El Palau se encuentra en el barrio de Sant Pere y la parada de metro más cercana es Urquinaona (L1, L4). También se puede llegar fácilmente en autobús (líneas V15, V17 y 47).

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